Escrito por Mónica Santillán

Al momento de pensar en una dicotomía de lo visual-nacional desde Ecuador, se me ocurre disonante, polifónico, dialoguista la obra de Luigi Stornaiolo, pintor por quien siempre he guardado simpatía y respeto ante su legado cultural, su representación, su técnica, su simbolismo, su significado y su semiosfera, aunque mi pensamiento facilista también me remite a la bandera y al himno nacional.

Quito seguramente produce efectos antagónicos en sus ciudadanos como cualquier otra ciudad de la aldea global visualmente prominente, y posiblemente reproduce una némesis para cada uno de sus habitantes. La ciudad consagrada al Corazón de Jesús, que desde su establecimiento ha crecido urbanísticamente, no a lo vertical, sino todo lo contrario, y lo ha hecho también social y culturalmente, sin explotar demográficamente aún como las grandes metrópolis, lo ha hecho discretamente, sin colapsar del todo. 

Y si se hace mención sobre la capital de los ecuatorianos es porque este ensayo versa sobre una panorámica visual de Stornaiolo, quien es un pintor quiteño que nace el 9 de junio de 1956, hijo del médico y escritor Dr. Bruno Stornaiolo Miranda y de la Sra. Ángela Pimentel Franco. 

Nuestro acercamiento a su obra constituiría un ínfimo aporte para la divulgación de dos temas que constituyen escafandras en la mar de mis pp (pasiones y preocupaciones): la semiótica y los estudios culturales, apocadamente acuñados en la academia como correspondería. Además escasamente se conoce en el resto de América Latina y el mundo, sobre el aporte cultural presente en la tierra del equinoccio, pese incluso a ser primera capital declarada por la Unesco patrimonio cultural de la humanidad, no gratuitamente. 

Este texto, da un acercamiento a la obra del mencionado maestro, identificando el sistema de signos que esbozan una representación elocuente de la urbe a través de su pintura, expuesta: La Mariscal y la Plaza del Teatro (óleo), Mural del Seseribó, Mural de los jubilados en la Plaza de los Capellanes  considerando un análisis cualitativo, centrado primordialmente en una seria revisión bibliográfica y el levantamiento de información a través del análisis de medios masivos digitales sobre Stornaiolo para dilucidar la trascendencia de la obra del pintor como acervo cultural. 

Título: El Consuelo es que después todo será peor…

Técnica. Acrílico sobre tela.

Dimensión: 160 x 160 cm

Año: 2007

 

Tras lo dicho, debemos reflexionar que lo visual es un fenómeno sociocultural que ha acompañado al ser humano en su evolución, trasmutando a “extremadamente visual”, no abarca exclusivamente al audiovisual y a lo no verbal sino que también a la forma de intertextualidad, interactividad, o conducción social, donde se pueden manipular e imponer comportamientos, formas sociales, procedimientos e incluso políticas donde finalmente se deciden la conveniencias económicas, leyes y paradógicamente la paz.

Peter Burke presenta claramente su opinión sobre tal problemática afirmando que las imágenes no son un mero reflejo de la realidad, sino que “dan testimonio de las formas estereotipadas y cambiantes en que un individuo o un grupo de individuos ven el mundo social (incluido el de su imaginación)”.

Por supuesto la imagen debía expandirse en un mundo globalizado, al que Marshall MacLuhan refirió como “aldea global”, mencionado anteriormente. Lo hizo  con el fin de enfatizar en las implicaciones socioculturales de la inmediatez y universalidad de la comunicación, que viabilizan y motivan los medios electrónicos de la misma, a su vez se expuso aleatoriamente todo lo que en ella confluye, siendo específicamente su fundamento lo visual.

Lo extremo visual generado por  la industrial cultural, por ejemplo, la manera de conducción de la publicidad, entre otros, ha emplazado cambios drásticos en la decodificación de un texto, o más bien un antagónico analfabetismo visual, que en resumen sugiere que la imagen se ve y, para verla, dice Giovanni Sartori, “basta con poseer el sentido de la vista, basta con no ser ciegos”. Es decir que este proceso de decodificación es inherente al ser humano, no existe un análisis tras una facultad, y he ahí al problema al que nos enfrentamos. Es siempre más fácil pensar en la bandera, que en un texto complejo cuando se habla de nacionalismo. De hecho evocar ese símbolo patrio es hasta aleatorio, pero la complejidad necesaria de Edgar Morin supone esa integración epistemológica en una decodificación que exige sobre todo lo visual. 

Título: S/T

Técnica: Mixta sobre lienzo

Dimensión: 60 x 40 cm

Año: 2015

La pintura como cualquiera de los actuales productos culturales, encontrándose en esta nada ecuánime lista los memes, los hashtags o los posts, depende de esa apropiación y difusión de la que hablan Morin y Barthes. Ante ello lo alertante es que un acervo cultural puede ser “cualquier cosa”, dado el analfabetismo visual de sus receptores, y es que esta ignorancia posee un carácter descarado y vano a escala extrema, puesto que una difusión real es paralela a lo viral. Lo viral es aquello que no necesariamente es bueno, pero que es fácilmente digerible para los mismos, lo cual evoca facilismo y agudiza esta condición.

La ciudad de Quito desde sus entrañas profundas ha creado una contrahistoria vislumbrada en sus figuras, mitos y leyendas, y posee una imagen por supuesto antagónica a la tradicionalista. Esta imagen traslúcida en el arquetipo de la identidad halla un virtuoso asidero en las letras, las tablas, el cine y la pintura, que suponen parte de la industria cultural.

En la poesía Ramiro Oviedo se refiere una ciudad esquizofrénica, poco acogedora si no se echa al azar el plan turístico. En cuanto a lo “esquizofrénico”, Miguel Donoso en sus apuntes sobre la identidad del ecuatoriano, en su libro denominado “Ecuador identidad o esquizofrenia”, hace mención de esa descripción sobre la identidad del ecuatoriano.

Título: Baile amplio de reconocido prestigio en el medio

Técnica: Óleo sobre tela.

Dimensión: 240 x 200 cm 

Año: 1993 – 1995

 

Título: Espectáculos energumenescos

Técnica. Óleo sobre tela.

Dimensión: 210 x 240 cm

Año: 1993 – 1995

 

En cuanto al espectáculo, en el diario El Comercio se hace referencia a la obra de Peki Andino con el titular “Kito kon k’ es la ciudad que salió del armario”. El director de teatro afirma en el reportaje que su obra “en 1996, rompió la forma tradicional de tratar al teatro ecuatoriano”. Ahora ‘Kito con k’ ya no es la ciudad oculta, sino la que salió del armario, develada, violenta y de extremismos.  “Hay hipocresía al hablar de violencia. En la obra se trata desde la perspectiva  de un tipo que se cansó y comenzó a limpiar su paisaje, un personaje que vive su particular día de furia”. “Antes, hablar de ‘skinheads’ era una exageración, hoy son una tribu urbana visible. El personaje del hijo, el ‘kuervo’, es abiertamente neonazi, en una ciudad y un país donde es paradójico, metafísico y surrealista hablar de ‘skinheads’.” 

El séptimo arte muestra representaciones de algunos cineastas como Víctor Arregui, con su película “Cuando me toque a mí”, en la que evidencia un Quito, frío, pálido, sombrío y taciturno. La película “A tus espaldas” del director Tito Jara hace énfasis en la estupidez urbana, en cuanto a la demarcación social advenida tras la sectorización de la cuidad. En ella, la impía Virgen del Panecillo es quien define estos límites, quiebra la ciudad básicamente en Norte y Sur, y le da las espaldas al mismo.

En el caso de la pintura del irreverente maestro Luiggi Stornaiolo, quien representa como lo sugeriría Stuard Hall, una ciudad profana, que se retuerce y extravía. A su vez son muchas las representaciones e imaginarios de los otros sobre el pintor. Andrés Villalba en el prólogo de su libro “Luigi Stornaiolo: el arte de la digresión”, señala que “la idea romántica del artista irreverente, seductor, contestatario, nihilista, contracultural, humorista, obsesivo, humilde y genial se cumple a cabalidad en Stornaiolo”. 

 “Como se dice de muchos escritores que escriben como hablan, de Luigi podríamos decir que habla como pinta o viceversa. Pero, ¿cómo habla?, ¿cómo pinta? Lenguaraz, dicharachero, pródigo en observaciones agudas y oportunas, saltando sin temores ni pudores de la cultura popular a la cultura erudita”, agrega Villalba.

En el diario El Mercurio en un artículo denominado “Stornaiolo y su obra con la otra mano” se menciona en un comentario a su obra: “el pintor ecuatoriano que ve a la sociedad con una agudeza psicológica y eso es lo que atrae de su obra, el drama psicológico de esos seres humanos – los seres de Luigi- en este mundo desgarrado, pero real”.

 “Le manifesté la voluntad de hacer una muestra, pero no una muestra de ese Stornaiolo que ya se conoce (de su período con la mano derecha) sino obras más contemporáneas, porque Luigi no se aleja del accionar cultural quiteño y nacional”, dice Koupermann, uno de los entrevistados para éste artículo del mismo medio.

La Mariscal y la Plaza del Teatro

 

 

El mural de Los Jubilados

 

Las obras de Stornaiolo citadas en este ensayo exaltan el poder de la representación férrea de la realidad vorágine de la urbe, en ellas se manifiesta con una sinceridad brutal, ese demonio que Quito atónita descubre y luego con resignación parsimoniosa contempla en sus hijos, que no han sido tan curuchupas (en extremo religiosos) en los cuales las noches bohemias desdoblan personalidades múltiples, esquizofrénicas, bipolares. 

La pintura de La Mariscal y la Plaza del Teatro retrata el caos reinante en el Centro Histórico, en el que el comercio, los vendedores ambulantes, las prostitutas, los expendedores de “hierbas medicinales”, desbordan e intoxican las calles. 

En el famoso Mural del Seribó (una salsoteca) se retrataban varios de sus asiduos visitantes, resurge como un fénix, puesto que este fue el sitio de encuentro de los intelectuales y bohemios, que embebidos tertuliaban y buscaban arduamente signos para la salvación del mundo, tras zurcir un poco la política nacional y echar pasito no con un “san juanito”, sino con un son cubano, pirueteando con el casino y haciendo alarde de su motricidad fina y ubicación espacial entraban en conversaciones fogosas que alargaban la noche para entrar a la madrugada. 

Entre las pinturas de La Mariscal y Plaza del Teatro y la del Seseribó surge refulgente la de Los Jubilados, aquellas almas que ancladas al Centro Histórico deambulan en este limbo, en extravío total de su tiempo, pues para ellos tras su retiro Cronos cesó su control. Las obras de los intelectuales citados refieren el odio-amor de sus habitantes como es de esperarse, de otra manera la ciudad franciscana no se reinventaría, es sin embargo la pintura del maestro Stornaiolo a mi parecer la más representativa para la “carita de Dios”, es el rostro de Quito para el resto, para los de fuera, y para ello no hay una condición más explícita que la de Luigi. Para los quiteños su legado ya fue reconocido con el Premio Eugenio Espejo, fuera el desconocimiento de su aporte constituye un plan de mitigación.  

Este trabajo contribuye a determinar los factores a través de una semiósfera de la urbe generada por uno de sus hijos, el maestro Stornaiolo. Reflejadas en estas tres obras seleccionadas en razón a la representatividad de sus locaciones, con la intención de impulsar el conocimiento del bagaje cultural ecuatoriano, y promover la importancia de la cultura general dicotómica a su obra, sin duda es un entramado lúdico, impresiona su desenfado, su ímpetu libertino angustiado y existencial que implica una crítica, un juicio social no lejano del sollozo.

La destreza de su pincel, si bien vigorosa, confina el fluir musical de Kandinski, de un solo de violín de Chaikovski en re mayor, que funde a sus personajes en su propia perdición y en otros malditos, con ello ejercita transgresoramente una sobria meditación sobre lo que va mal en la vida y en el mundo con una alegoría y estrambotismo bohemio propio de lo gozosamente perverso. 

La imagen es la base actual en donde se genera el conocimiento, no importa cual, pues es la base de su estructura. Entender, analizar y reflexionar sobre el discurso de su obra, y del rol de los medios de comunicación masivos en su difusión, permite visualizar las insolvencias de un analfabetismo visual con miras a corregirlas de una manera precisa en un propio discurso, potenciando sus competencias comunicativas de expresión, como parte de un perfil integral necesario en un mundo globalizado.

Profundizando en el planteamiento de Morin sobre la complejidad, menciona su preocupación ante las operaciones, necesarias para la inteligibilidad, ya que “corren el riesgo de producir ceguera si eliminan a los otros caracteres de lo complejo; y, efectivamente, como ya lo he indicado, nos han vuelto ciegos”.

Para evitar todo lo mencionado, se torna imperioso el trabajar en la mitigación de las causas definidas y mencionadas, pues solo de esta manera podremos vaticinar desarrollo y un futuro a las nuevas generaciones, que deberán ser capaces de pensar más que nunca para subsistir según se manifiesten las transformaciones y cambios sociales. Las ciudades miran al revés las obras de otros, y esto es algo que se debe evitar a toda costa, la proliferación del analfabetismo visual. 

 

______________________________

Referencias

Burke, Peter. (2001). Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico. Crítica. Barcelona. 131.

Barthes Roland. 1990. La Aventura Semiológica, Paidós. Buenos Aires, 15.

Cultura. (13 de diciembre de 2018). Una sensible visita a Stornaiolo. Diario el Telégrafo. Recuperado de https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/cultura/10/una-sensible-visita-a-stornaiolo

Hall, S. (1998) «Significado, representación, ideología: Althusser y los debates postestructuralistas» en MORLEY, D. Estudios culturales y comunicación : análisis, producción y consumo cultural de las políticas de identidad y el posmodernismo. Barcelona: Paidós 

Kandinsky. Vasili. (1996) De lo espiritual en el arte. Paidós. España.

McLuhan. Marshall. (2003) Understanding Media. Gingko Press. 6.

Morin. Edgar. (1993) El Método. Naturaleza de la naturaleza. Madrid. Edic. Cátedra.

Redacción Cultura. (25 de noviembre de 2009 00:00). Kito kon k’ es la ciudad que salió del armario. Diario El Comercio. Recuperado de  https://www.elcomercio.com/actualidad/kito-kon-k-ciudad-salio.html. 

Sartori. Giovanni. (1997)  Homo Videns: Televisione e Post-Pensiero (Homo Videns. La Sociedad Teledirigida). 35.

Villalba. Andrés. (2010) Luigi Stornaiolo: el arte de la digresión. Gescultura. Quito.

 

_________________________

Mónica Santillán Trujillo: Ph.D. en Ciencias Filológicas con diploma rojo al mérito de la Rossiski Universitet Druzhby Narodov de Moscú y Posdoctorada de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Autora de varios artículos científicos y proyectos  con Semiótica aplicada. Su área  de investigación concierne la Semiótica, Comunicación, Estudios culturales y Tecnologías de la educación, forma parte de los Grupos de Investigación: WiCOM-TV Digital y RACKLY, en el área de contenidos y análisis de percepción. Representante de la FELS en Ecuador. Profesora de la Universidad de la Fuerzas Armadas-ESPE de Ecuador..