En su más reciente libro “Presencias extrañas”
Presencias Extrañas es el más reciente libro del escritor venezolano Héctor Torres. Anteriormente, nos había sorprendido con cuentos y novelas cercanas como Caracas muerde (2012), y seis libros más publicados que demuestran sus más de veinte años dedicados a la escritura. Un relator de las calles de su ciudad, un cuenta cuentos urbano que no se detiene a mirar la tragedia, él la escribe y suelta. Ahora, como reflejo de sus años maduros, nos ofrenda un libro memorable, un libro marcado de historias. Paradójicamente, ya no son las historias de los lugares que transita las que llenan los anaqueles, es un relato distinto y a la vez tan cercano a lo que vive cada uno del que lo lee.
Presencias extrañas, más que un libro de relatos breves, cuentos acaso que dan memoria del paso de Héctor Torres por el mundo, es un portal que va enumerando a cada persona que representa una parte de sí. No se parece a nada de lo que haya podido leer. Aun cuando entre las hojas de este fascinante libro no hay pretensiones, ornamentos, palabras que intenten persuadir al lector, me he encontrado con un espacio cálido, ampliamente reflexivo, intimista y muy vivido. Él hace un trayecto de todas las personas que le han dado un sentido a su historia, la primera presencia es su abuela, y así va llenando la escena con familiares y personas que le han marcado. En cada presencia es él el que se escribe, mostrándonos el yo que ha sido a lo largo de su vida. Esta presencia por ejemplo es la visión del amor adolescente. Del relato Los universos paralelos, Torres escribe:
“Conversar con ella apaciguaba la soledad que me acompañaba como una sombra. La palabra era “ternura”. Alguien con quien conectarme desde un afecto sin recovecos ni dobleces”.
Él refleja en palabras lo que había vivido con cada presencia, pero también logra hermanar el ambiente del lector, hacerle percibir lo que él estaba sintiendo. En ese conversar se asoma el flujo natural de la vida, se ve como nuestros afectos llegan a verse marcados con la madurez. Esos familiares o no, presentes o ausentes, son presencias que como Torres escribe se van alejando de lo que somos hoy en día, al punto de convertirse en Presencias extrañas porque de algún modo, también nosotros lo somos a los que fuimos con ellos. En el último relato de su libro, La mitad más larga, él escribe:
“Se llega a un punto en que se descubre que los fantasmas son otra metáfora de esa frontera que se adelgaza en tanto se atraviesa”.
Es que confluir haciendo el despistaje de cada presencia para llegar a toparse con la última, la que más confronta y ahuyenta, que es la presencia de sí mismo, no es fácil. Es un último relato cargado de un impulso apenas arropado por la fineza, la sutileza y la calidez de las palabras restantes, aquí emana una fuerza interior para dejarnos inteligentemente esperando por más. Si algo nos deja este encuentro con el libro de Héctor Torres, es que la vida de un hombre con sus Presencias extrañas puede ser, puede traer en cada línea, en cada página, en cada cuerpo, el espejo donde finalmente podamos mirarnos.
Excelente de verdad deja esa inquietud trascendental y el deseo de leer el texto
creo que puedes comunicarte directamente con el autor, para ver, qué posibilidad hay de que te llegue su libro.