Pronunciamiento de la Federación Latinoamericana de Semiótica (FELS) ante algunos hechos actuales

No puede ser que un estudioso o una estudiosa de la semiótica, y mucho menos un miembro de una asociación que reúne a tanto de nosotros, no reconozca la importancia del contexto general en la producción de sentidos y significación. Independientemente de la corriente teórica preferida o desestimada y, a pesar de las múltiples diferencias metodológicas que nos separan y nos identifican, lo cierto es que los hechos, los actos, los acontecimientos, las decisiones, las medidas, los múltiples signos de la esfera pública adquieren un valor determinado sólo y necesariamente antes y desde un panorama más amplio: económico, social, cultural,  y la mayoría de las veces, político, aglutinando todo. 

Por eso necesitamos manifestarnos:

No hace mucho tiempo que, con mucho entusiasmo y, hoy sabemos, con cierta dosis de optimismo exagerado, de euforia quizás, celebrábamos la globalización, la consagración de la llamada aldea global. Superaríamos finalmente las diferencias regionales y locales y experimentaríamos la alegría de la integración planetaria. Hoy en día, vemos a ciudadanos expulsados de países supuestamente democráticos, como ratas y cucarachas de un sótano, siendo tratados con deshumanización, esencialmente como se hizo con los esclavizados africanos y con los judíos durante el Holocausto. El irrespeto a las leyes y a la soberanía de tal o cual país ya sería motivo suficiente para una revuelta. Pero nada puede ser peor que la falta de respeto a la dignidad humana y a sus principios. La FELS, como entidad que cobija, en virtud de los vínculos de la ciencia, de la lengua y de los lenguajes, a ciudadanos de varios países Latinoamericanos, expresa su repudio ante tales acontecimientos.

Y, asímismo, rechaza las medidas que se han tomado  recientemente en ciertas partes del mundo, en un camino de total colisión con los principios rectores de la producción académica contemporánea. Cuando la «libertad de expresión» se convierte en pretexto para cometer delitos, la restricción a la difusión científica es un síntoma de cinismo y perversidad. Cuando el mundo civilizado lucha por buscar – ¡y encontrar! – soluciones a la economía frente a una nueva industria, basada precisamente en el conocimientos abstracto y en la información inmaterial, es espantoso el trato restrictivo que se da a los investigadores y científicos, especialmente en su tarea de difundir, divulgar y propagar conocimientos. Es un signo de ignorancia, estupidez y oscurantismo.

América, desde Nunavut, en Canadá, hasta Cabo Froward, en Chile, volverá a ser grande – ¿de nuevo? – cuando hayamos superado definitivamente este tipo de comportamiento, este tipo de visión del mundo, que de ningún modo nos parece tener sentido. Nos manifestamos a favor de la libertad, el respeto, la valoración del conocimiento y la ciencia, la soberanía nacional, la diversidad cultural, la preservación de los recursos naturales y los derechos humanos.

Federación Latinoamericana de Semiótica (FELS), 30 de enero 2025

Fuente: https://www.facebook.com/felsemiotica